Aunque todavía no ha llegado el período vacacional para la mayoría, el merecido descanso está cada vez está más cerca y conviene ir mentalizándose sobre la necesidad de tomar ciertas medidas antes de partir.. Lo más habitual es confiar en el buen estado del vehículo, sobre todo si ha sido sometido a las revisiones oportunas. Sin embargo, nunca está de más realizar una revisión preventiva y asegurarse de que todo está en orden. Son unos minutos que pueden evitar inoportunas incidencias…
En primer lugar, conviene echar un vistazo a los neumáticos. La presión debe ser la adecuada ya que esta incide directamente en la seguridad en la conducción (proporciona un mayor control y estabilidad) y reduce el consumo de combustible. Pero no se trata solo de comodidad o economía sino, principalmente, de protección al volante. A ello hay que añadir la necesidad de una rueda de repuesto y de un spray antipinchazos para que ninguna avería suponga un impedimento para continuar el viaje.
La iluminación es otro de los puntos de interés en esta breve revisión. Debe funcionar correctamente para que la visibilidad no se vea mermada en ningún momento, especialmente ante condiciones climáticas adversas o durante la noche. Para ello es importante comprobar que las luces se activan y las lámparas no necesitan ser cambiadas y verificar la altura y regulación de las mismas. Si es posible, es recomendable acudir a un taller para que realicen la supervisión con un regloscopio.
Asimismo, el sistema de frenado y amortiguación deberán ser controlados. Solo si desempeñan su función de manera precisa se podrá garantizar un elevado nivel de seguridad en todo el trayecto. Por ello, es crucial comprobar el líquido de freno, el estado de discos y pastillas y el aspecto de los latiguillos por si presentan algún tipo de cuarteamiento o rotura.
En motor también debe someterse a una inspección previa. Para ello hay que vigilar que todos los niveles de líquidos sean los adecuados ya que una avería en el núcleo central del vehículo no solo puede significar un desembolso importante sino también una interrupción definitiva del viaje. Revisar el parabrisas, el radiador, el aceite…son algunos de los puntos que no hay que dejar en manos del azar.
Y, por último, es aconsejable asegurarse de disponer de toda la documentación acreditativa como el permiso de circulación, ficha técnica del automóvil y tarjeta de ITV además del propio DNI y carnet de conducir. No son elementos que puedan deteriorar el coche pero sí causar percances innecesarios ante eventuales controles.
Y ahora, sí que sí….¡Buen viaje!!
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