COMER PARA CONDUCIR.
Una buena conducción depende de multitud de factores: desde el estado del vehículo, la situación de la vía, la propia educación vial a las circunstancias más indirectas como la fatiga, el sueño, estado de ánimo, enfermedades, fobias y, por supuesto, la alimentación. Y es que el modo en que se come para ponerse al volante…
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