Conducir de forma tranquila y segura no solo implica cumplir las normas sino mantener una actitud de respeto hacia el resto de usuarios de la carretera. Y es que lo contrario puede tener consecuencias fatales para unos y otros.
Según un estudio del Instituto Universitario de Investigación de Tránsito y Seguridad Vial de la Universidad de Valencia (INTRAS), cerca de 3 millones de conductores circulan con un alto nivel de agresividad y más de 100.000 son auténticos ‘violentos viales’ es decir, que, además de conducir sumamente alterados, reconocen haber causado directamente un accidente por sus conductas irresponsables.
Estas cifras resultan sorprendentes y del todo alarmantes ya que las consecuencias pueden ir más allá de un simple golpe de chapa. De hecho, se calcula que mantener actitudes provocadoras multiplica por 10 el riesgo de sufrir un accidente con víctimas...Y estas suelen hallar su principal causa en el estrés del día a día, los atascos y, tal y como indican las encuestas, las conductas y maniobras de los demás.
La agresividad encuentra amparo en el anonimato pero también se excusa en las intimidaciones o la rivalidad en la carretera com si fueran justificaciones para sus actos. Una actitud que parece que se intensifica en diferente grado cuando se viaja acompañado con amigos, hijos, pareja o compañeros de trabajo.
A nivel general, el perfil de conductor agresivo que por sus conductas termina sufriendo un accidente, corresponde a un hombre joven, de unos 32 años, con pareja, estudios medios, con menos puntos en su carné y que circula principalmente por vías urbanas. Estos conductores reaccionan con mucha más agresividad contra las mujeres y los conductores noveles, con los que suele tener menos paciencia y a los que termina insultando y gritando de forma más frecuente, generalmente recurriendo a tópicos machistas. Además, un 35% reconoce no ser precisamente un ejemplo de paciencia.
La principal recomendación consiste en preparar el recorrido previendo posibles atascos e incidencias y preparándose mentalmente para afrontarlas. También conviene evitar fijar una hora de llegada o coger el vehículo tras una discusión. Una vez en carretera, ignorar las provocaciones, la respiración relajada y controlada o incluso detener el vehículo para calmarse pueden resultar de gran ayuda.
Y es que, como se demuestra, mantener el coche en perfecto estado es crucial…pero también mantener un óptimo estado de ánimo antes de coger el volante.
Fuente: autofit-spain.
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