La vida del motor depende en gran parte por el tipo de aceite que se utilice. Y es que este líquido permite lubricar las piezas que se encuentran en continuo movimiento y evitar que la fricción provoque daños prematuros y averías. Pero ¿qué se considera un consumo adecuado?
Los expertos de Total España hacen un cálculo medio de un litro de aceite por cada 1.000km, aunque no hay nada establecido al respecto. Variables como el tipo de motor, de aceite y estilo de conducción modificarán esa cifra. En general, y más allá de las fugas (externas o internas), el gasto de aceite se produce en tres puntos claves: los pistones, las válvulas y el cilindro.
Consumo de aceite por lubricación del pistón.
El aceite lubrica el espacio entre los pistones y las paredes de los cilindros. Parte de este aceite ingresa en la cámara de combustión, donde se quema. Cuando el motor gira a altas velocidades, la cantidad de aceite lubricante aumenta, de tal forma que la cantidad de aceite consumido se incrementa. Este proceso se divide en tres fases:
- Admisión, el pistón deja una capa de aceite que impregna el cilindro.
- Compresión, el aceite es conducido hacia la cámara de combustión a través de los segmentos de fuego.
- Descenso, las paredes se impregnan de aceite que se quema junto con el combustible por el escape.
Si un motor no quema aceite significa que no existe la capa de aceite necesaria entre el pistón y el cilindro, lo cual indicaría que no existe la lubricación. En función de las holguras que haya entre las piezas, entrará más o menos lubricante a la cámara de combustión. Los motores nuevos consumen menos aceite al haber menor holgura entre piezas.
Un motor termina su vida útil cuando hay exceso de holgura entre cilindros y segmentos, porque sube demasiado aceite a la cámara de combustión que se quema saliendo por el escape. Los síntomas para identificar este problema son el humo azul que sale por el escape y las prestaciones del motor, que van disminuyendo por la pérdida de compresión.
Consumo de aceite por la lubricación de las válvulas.
Una válvula es una especie de clavo largo con cabeza grande. Por ellas entra la mezcla de aire y combustible y salen los gases residuales de la combustión que provoca el movimiento.
El aceite lubrica el espacio entre las válvulas y las guías de válvulas. Al igual que ocurre con la lubricación del pistón, parte de este aceite ingresa en la cámara de combustión, donde se quema.
La válvula de admisión es la que permite el ingreso de la mezcla para su combustión. Los vástagos de las válvulas evitan que el aceite llegue allí, pero siempre queda una mínima capa de aceite que se quema en la cámara de combustión. El consumo de aceite también puede ser ocasionado por los sellos de válvula, que no permiten que el aceite baje hasta la cámara de combustión. Cuando el pistón comienza a bajar, absorbe la mezcla que pasa a través del hueco que deja la válvula al abrir. Por eso hay un mayor consumo de aceite cuando el vacío es mayor en este orificio, como cuando el motor gira a ralentí o al desacelerar. A través de la válvula de escape también se consume aceite, en este caso se evapora debido a las altas temperaturas que provocan los propios gases.
Consumo de aceite por los gases que escapan del cilindro.
El aceite se mezcla con los gases que escapan del cilindro, que son captados por el sistema de ventilación positiva del cárter y son enviados a la cámara de combustión, donde se queman. La cantidad de gases del cilindro se incrementa cuando el motor funciona en regímenes altos, y a mayor cantidad de gases, mayor consumo de aceite.
En este sentido, dada la importancia del aceite en el motor del vehículo, resulta crucial elegir siempre un producto de calidad, una medida que mejorará notablemente la protección de los mecanismos. Es por este motivo que en la estación de servicio de Josenea Zone Auto contamos con los lubricantes de última generación Innova y todo lo que necesites para tu coche. El resto depende de tí.
Fuente: Totalblog / Noticias coches.