Muchos conductores se sorprenden cuando escuchan que el problema de su coche reside en el servofreno. Y es que se trata de un aparato muy seguro que raramente se deteriora y que pocas veces viene mencionado.
Su principal función consiste en evitar al conductor un esfuerzo físico notable para accionar el mecanismo de frenado. Es decir, gracias a este elemento no es necesario ponerse de pie sobre el pedal para detener el automóvil con fuerza. A partir del desarrollo del servofreno para paliar el esfuerzo demandado por los frenos mecánicos se desarrollaron otros tipos de freno más efectivos y más regulables por el pie del conductor pero lo importante, sin necesidad de entrar ahora en detalle, es recordar que el servofreno es principalmente un sistema de ayuda para la frenada. Y aunque es muy fiable no está exento de averías y defectos.
Algunos de los síntomas que pueden afectar al funcionamiento de los servofrenos son los siguientes:
No llega vacío al servofreno:
El conductor apreciará dureza en el pedal y la necesidad de apretar con mucha fuerza para que el automóvil responda a los frenos. En este caso, en el taller se deberá comprobar el estado del tubo de vacío que va desde el colector de admisión hasta el servofreno y verificar la ausencia de suciedad, obstrucciones o aplastamientos. Lo más habitual es que la pieza sea sustituida por otra nueva de las mismas características y procedente del mismo fabricante.
El pedal no responde en determinadas circunstancias.
Esto sucede cuando el comportamiento del pedal es normal a ralentí pero no en marcha normal, momento en el que se endurece y hace ineficaz la acción de los frenos.La causa sea, probablemente, la presencia de una válvula antirretorno defectuosa incapaz de mantener el vacío en el interior de la cámara del servofreno. En el taller deberán desmontarlo y a proceder al cambio de esta válvula.
El pedal siempre está duro.
En este caso, puede que exista una posible fuga de la depresión proporcionada por el colector de admisión. Se suele escuchar un pequeño silbido en el cuerpo del servofreno mientras el motor está en marcha. No obstante, serán los mecánicos expertos los que deberán identificar la fuente del problema y proceder a su resolución.
Al pedal le cuesta llegar hasta el fondo.
Esta es una clara señal de que se está produciendo una pérdida de líquido hidráulico en el mismo cilindro maestro. De nuevo, será necesario dejar el automóvil en manos de los expertos para que resuelvan el daño y pongan el coche a punto.
En frenados continuos el servofreno no funciona igual.
Es decir, si el servofreno no soporta varias frenadas seguidas, es que presenta deficiencias. De igual manera, si al apretar el pedal se observa un efecto retardado en la acción del servofreno o si los frenos parecen agarrotarse al soltar el pedal, es que nos encontramos ante defectos que conviene solventar cuanto antes.
Un sistema de frenado eficiente es necesario para una conducción segura por lo que hay que prestar atención a cualquier anomalía que pueda detectarse. El pedal del freno será uno de los elementos que alertarán sobre dichas irregularidades presentando endurecimiento, ineficacia o falta de respuesta. Y la experiencia y la profesionalidad de los expertos será crucial para poder restaurar la actividad de esta pieza tan importante.
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