Los días de lluvia forman parte de la rutina climatológica especialmente en determinadas estaciones del año. Y, en ciertos aspectos, el agua puede resultar un obstáculo. La conducción no escapa a sus incómodos efectos.
Entre ellos se encuentra el notable incremento de la densidad del tráfico, de la adherencia de los neumáticos y de la visibilidad. Como consecuencia el riesgo de pérdida de control del vehículo y la peligrosidad al volante son mayores. Por ello, para lograr conducir de la forma más segura en estas condiciones, lo aconsejable es preparar el coche con antelación.
Esto se traduce, para empezar, en asegurarse de que la presión de los neumáticos es correcta ( y, obviamente, el dibujo al menos con la profundidad mínima legal), lo cual es una condición indispensable para mejorar la seguridad sobre suelo mojado. Sólo si las ruedas están ya al límite de uso será necesario realizar un desembolso importante.Sin embargo,conviene recordar que es más seguro un neumático a medio uso pero con las presiones correctas que uno completamente nuevo mal inflado.
Se aconseja igualmente procurar aplicar una presión más alta de las recomendadas por el fabricante para reducir el riesgo de aquaplaning. El coche no flota sobre el agua porque las ruedas lleven más aire sino porque no son capaces de evacuar el agua que queda atrapada bajo ella. Con la presión máxima recomendada para cada modelo los canales de evacuación están más dilatados y el aquaplaning se reduce.
El alineado de la dirección también es básico para lograr la máxima adherencia. Un correcto alineado apenas supone una hora de mano de obra y los resultados son excelentes. Y,por supuesto, es necesario revisar los amortiguadores, ya que, si se encuentran en mal estado, alargan mucho las distancias de frenado y favorecen el temido aquaplaning.
Para mejorar la visibilidad resulta muy recomendable poner en práctica lo siguiente:
- Llenar el depósito lavaparabrisas con líquido de limpieza: añadir un jabón lavacristales en el lavaparabrisas es vital para mejorar la seguridad. Las salpicaduras de los coches que nos preceden muchas veces contienen grasas y aceites que hay sobre el asfalto y crean una molesta película traslúcida que restan mucha visibilidad. Es imprescindible poder eliminar esa capa tan molesta.
- Escobillas limpiaparabrisas: unas escobillas en mal estado limpian mal y dejan un halo muy molesto sin limpiar. Cambiar las escobillas es muy fácil y económico.
- Parabrisas en buen estado: un parabrisas rayado o algo esmerilado hace que las escobillas no limpien bien aunque sean nuevas. La mayoría de los seguros cubren la reparación o sustitución del parabrisas a un muy bajo coste.
- Limpiar los cristales por dentro: los cristales se empañan más fácilmente si están sucios por el interior. Limpiarlos con un limpiacristales reduce notablemente el molesto efecto del vaho en el parabrisas y ventanillas.
- Recargar el aire acondicionado: aunque parece que el aire acondicionado es para los días de calor, el climatizador del coche también reduce la humedad del aire en el habitáculo. Llevar el aire acondicionado en orden mejora la visibilidad al hacer más rápido el desempañado de los cristales.
- Reglaje de los faros: unos faros mal regulados reducen la visión y deslumbran al resto del tráfico. Llevarlos bien regulados es vital y apenas lleva una hora de mano de obra con un coste mínimo.
- Revisar las bombillas: una bombilla fundida reduce a la mitad la visión del conductor e impide que los demás conductores visualicen nuestro vehículo, pero es que, además, añade el peligro de que, si se funde, nos quedamos definitivamente a ciegas.
¿Ya estás preparado para la lluvia?
Recomendado por JOSENEA ZONE AUTO. Fuente_ Autocasión