Detectar el alcance de un pinchazo no es algo que pueda realizarse a simple vista. En ocasiones es necesario proceder a un examen minucioso para descubrir si existen daños internos que no se manifiestan en el exterior. No obstante, ciertas señales pueden ayudar a comprender el nivel de gravedad de la avería…
Así, cuando el exterior presenta un desgaste importante, posee huellas de plegadura o se visualizan fibras metálicas o textiles, lo más probable es que el neumático no pueda repararse. Ocurre lo mismo si el corte se encuentra en el flanco (y no en la parte en contacto con la carretera), mide más de 6mm, se debe a un golpe u objeto cortante o la zona que sujeta la llanta se encuentra afectada. De igual forma si la rueda se ha reparado recientemente con una bomba anti pinchazos o es un modelo runflat, las posibilidades de restaurarla son muy limitadas.
Solo un especialista tiene el conocimiento y la capacidad de valorar la necesidad de sustituir o de reparar el neumático. Si resulta factible la reparación, habitualmente se recurre al parche, que es el método más corriente y que consiste en cerrar herméticamente el corte con una pieza en forma de seta. La mecha o taponamiento es otra de las soluciones más extendidas y se realiza desde el exterior de la rueda aunque no es aplicable a todos los casos. Y la reparación en caliente, con parches específicos adaptados al neumático en cuestión, aunque es uno de los recursos menos frecuentes y más costosos (ya que exige un equipamiento especial), logra un arreglo perfecto.
En definitiva, si tienes dudas del estado de tus neumáticos, consulta siempre en tu taller de confianza. Recuerda que son los puntos de encuentro entre tú y la carretera, y de ellos depende en gran parte tu seguridad y la de los demás conductores. Cualquier duda puedes aclararla con los especialistas del taller de JOSENEA ZONE AUTO, todo lo que necesitas para tu coche. El resto depende de tí.