Las transmisiones de doble embrague son cada vez un sistema más habitual entre las opciones que ofrecen los fabricantes aunque, hasta hace no mucho, estaba reservada para los modelos de alta gama. Y, como con cualquier otro tipo de mecanismo, para mantener en perfecto estado de salud estas cajas de cambios conviene conocer algunas de sus claves.
Para empezar está compuesta por dos embragues alternos asociados a las marchas pares e impares, de tal forma que mientras está engranada una de ellas se precarga la siguiente o anterior ‘relación’ según la decisión de la centralita del coche, provocando que el cambio de marcha sea más efectivo y evitando saltos de potencia. Aún siendo transmisiones automáticas, hay que respetar ciertas normas.
- En detenciones largas, la palanca debe pasarse a punto muerto (N): Es habitual en los coches con cambios automáticos que los conductores cuando se detienen dejen la marcha engranada, toda vez que pisando el freno el coche no se va a mover y por supuesto, tampoco se va a calar. Sin embargo, esta práctica provoca que el convertidor de par tenga fricción y por ende exista calor y rozamiento extra -asumible por el fabricante- que se puede evitar. En pendientes esta tendencia se amplifica.
- No mover la palanca pisando el acelerador al arrancar: Las tecnología desarrolladas en torno a los cambios de doble embrague ya permiten engranar la marcha atrás, el modo parking (P) y la directa (D) en marcha o pisando el acelerador, pero se recomienda hacerlo en parado y con el freno pisado para no llevar a los componentes del cambio a un sobreesfuerzo. En este aspecto, algunos cambios tienen un gatillo que impiden hacer estos cambios sino es con el freno pisado.
- La ‘P’ es lo primero y lo último, no debe usarse como freno de mano: La ‘P’ de las cajas automáticas en general y de los cambios de doble embrague en particular indica el modo ‘Parking’. En este aspecto, hay que usar el freno de mano y sólo utilizar la posición de ‘Parking’ tras activar el freno. El coche no se moverá si usas la ‘P’ como freno de mano, pero el peso y la tensión recaerá sobre la transmisión.
- Vigila el aceite de tu caja de cambios de doble embrague: Aunque a la hora de cambiar el aceite es el motor el máximo protagonista, cabe no olvidar que una transmisión de doble embrague también tiene un fluido lubricante, sobre todo si tu coche monta una transmisión con embrague bañado en aceite, como las DSG del Grupo Volkswagen. Sea como fuere y como sucede con el aceite del motor, hay que elegir bien el aceite a poner y sustituirlo en tiempo y forma.
- El punto muerto (N) no es un mito: Es la eterna disputa en el seno de los coches automáticos. Unos defienden que el neutral sólo se debe activar en paradas largas de más de 2 o 3 minutos, como puede ser un atasco, pero que se debe dejar la directa (D) en los semáforos. Sin embargo, expertos recomiendan colocar el neutral (N) en este tipo de paradas. Además, siempre se debe activar la ‘N’ en caso de ser el coche empujado o remolcado. Si electrónicamente no se puede seleccionar el punto muerto (N), no se debe proceder al remolcado.
Artículo de soymotor.com
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