Desde tirones en movimiento a molestas vibraciones estando detenidos, el vehículo puede empezar, de repente y sin ninguna causa aparente, a responder de esta manera. Podría deberse a un simple desgaste propio del paso del tiempo pero, en ocasiones, también viene causado por un modo de conducir particular o condiciones específicas de la circulación…
Los motivos, en realidad, pueden ser muy variados pero se debe reaccionar de inmediato ya que, especialmente los tirones bruscos o prolongados en el tiempo, entrañan un peligro potencial importante. Estos son algunos de los casos más comunes en los que se pueden experimentar vibraciones en el coche..
Se perciben tirones al acelerar que desaparecen al retirar el pie del pedal.
Puede ser el resultado de un suministro de combustible, aire o chispas insuficientes durante el ciclo de ignición. Unas bujías gastadas o los cables conectados a ellas son una de las causas más comunes. Un convertidor catalítico obstruido es otra razón por la cual un automóvil puede dar tirones, ya que un bloqueo puede interrumpir el flujo de aire del sistema de escape.
El temblor se produce al meter primera y permanece hasta alcanzar una mayor velocidad.
La razón más probable por la que un coche se sacuda al acelerar desde parado es por un problema con el embrague. Podría deberse a un material de fricción desgastado o un defecto de la placa de presión (o una combinación de ambos). También podría ser causado por una fuga de aceite que haya podido contaminar ese punto de unión tan crítico.
Se siente la inestabilidad del vehículo y los tirones únicamente en aceleraciones a baja velocidad. Además de algunas de las causas mencionadas anteriormente, la humedad en la tapa del distribuidor también puede hacer que el vehículo se mueva con cierta brusquedad al acelerar. Otra posibilidad tiene que ver con los soportes del motor. Un montaje que esté suelto, desgastado o roto hará que cualquier coche vibre a bajas revoluciones.
El motor vibra al ralentí en los semáforos y cruces amenazando con pararse.
Junto con las bujías defectuosas, la acumulación de suciedad es la causa más propicia a las vibraciones en parado. Un filtro o un sistema de inyección de combustible obstruido pueden privar al motor de combustible u oxígeno. A medida que un coche envejece y acumula desgaste, las válvulas pueden bloquearse con lodo. Si la vibración solo ocurre al ralentí, podría ser una pequeña fuga en el vacío del motor o un componente eléctrico desgastado.
Esto no es sino un vistazo general distintas situaciones en las que el coche puede dar tirones pero pueden ser muchas más. La mejor opción es visitar un taller de confianza ya que podría tratarse de algo sencillo o bien de una avería más compleja que requiera de las herramientas y de las habilidades de un mecánico experimentado.
Fuente: Noticiascoches, Motorpasión, Kraff, Eurotaller,