La pereza en lo que se refiere al mantenimiento de un vehículo puede constituir un peligro. Y es que los reventones, averías y el riesgo de accidentes se incrementan notablemente cuando no se presta suficiente atención a la maquinaria del coche. Y si bien los modelos más antiguos deben visitar con mayor frecuencia el taller, los más nuevos no están exentos de seguir un plan de revisiones frecuente y minucioso.
Porque cuando se retrasan estos controles, las piezas pueden experimentar signos de excesiva fatiga, los desperfectos pueden ser más repetidos y más graves y la seguridad de los ocupantes y del vehículo puede verse afectada. Por este motivo, es recomendable realizar inspecciones rutinarias de forma habitual para evitar un deterioro peligroso que, además, puede resultar caro.
Hay tres tareas básicas:
1* El control del estado del aceite y del filtro. La función de este líquido es la de lubricar las piezas del motor, por lo que habrá que sustituirlo periódicamente para que no pierda efectividad (generalmente en torno al año o los primeros 15.000 km). Un aceite sucio provoca una mala lubricación y puede acarrear un desgaste prematuro del motor. Con frecuencia, el propietario tiene que revisar el líquido y también su filtro.
2* También es necesario vigilar mensualmente la presión de los neumáticos ya que si es insuficiente se verán comprometidas la adherencia y estabilidad del coche. Y, por supuesto, no hay que olvidar examinar el estado de deterioro que presentan. Con el aumento de kilómetros recorridos, la banda de rodadura se desgasta y se debe vigilar que la profundidad del dibujo no sea inferior a 1,6 mm, el límite legal. Una forma sencilla y casera de verificar el estado de las ruedas es coger una moneda de un euro, insertarla en las líneas del dibujo y comprobar que el hueco supere el borde dorado.
3* No menos importante es el limpiaparabrisas que suele ser considerado de escasa trascendencia cuando, en realidad, es crucial para la seguridad. De igual forma, hay que mantener el buen estado de las escobillas ya que la mala visibilidad puede provocar un accidente con lluvia, niebla o durante el atardecer.
Y, además de estas inspecciones básicas, habrá que atender a las revisiones completas que recomiende cada marca de manera que puedan detectarse ciertas anomalías a tiempo en lugar de esperar a que se conviertan en averías graves y costosas. Desgaste excesivo del líquido y pastillas de freno (alarga la distancia y tiempo de frenado); filtros en mal estado; correas de distribución deterioradas ; amortiguadores en mal estado (se reduce el agarre en las curvas y se aumenta el riesgo de derrape) o correas de servicios dañadas (endurecen la dirección asistida) son algunos de los problemas que, resueltos en el momento adecuado, pueden evitar destrozos importantes en la maquinaria y riesgos elevados en la seguridad de los ocupantes del vehículo.
Es decir, que cuidar tu coche puede ahorrarte dinero y protegerte cuando viajas. Así que trata de mantenerlo siempre en buen estado y visita a tu taller de confianza con regularidad. En el taller de JOSENEA ZONE AUTO encontrarás especialistas técnicos que te ayudarán en todo momento. Y podrás conducir con toda tranquilidad.
Fuentes: 20minutos/ autobild/mapfremotor Imagen: Pixabay