Un buen mantenimiento del vehículo implica respetar las revisiones marcadas en el calendario pero también una actitud de escucha, es decir, de atención a cualquier señal que pueda indicar una posible avería o, al menos, un mal comportamiento mecánico. Y es que la prevención y la inmediatez de reacción pueden marcar una notable diferencia tanto en el coche como en el bolsillo.
Uno de los síntomas más fáciles de identificar es la que abordamos en este artículo: la iluminación de los indicadores de advertencia, un medio que tienen los vehículos de avisar que algo no va bien. Para comprender su lenguaje es necesario recurrir al manual de instrucciones que determinará el significado de cada elemento. No obstante, siempre se aplica la regla de detener la marcha o no comenzarla en cuanto se detecte un piloto de alarma encendido en rojo, especialmente si se trata del testigo de la batería, de la dirección asistida o del nivel de aceite. El color amarillo, por su parte, suele indicar un fallo que permite todavía mantener la conducción pero con funciones limitadas.
Esto es lo que apuntan los testigos en los diferentes casos:
- Testigo de control de tracción/estabilidad: si está encendido, el control de tracción/estabilidad está desconectado pero si parpadea, es que está funcionando ya que detecta una pérdida de tracción.
- Testigo precalentamiento diesel: encendido indica que está funcionando el sistema de precalentamiento del combustible diésel. Hay que esperar a que se apague para poner en marcha el motor. Si parpadea, fallo en el sistema de inyección o encendido.
- Testigo de pastillas de freno desgastadas.
- Testigo de fallo del ABS: Acude al taller con premura.
- Testigo de dirección asistida: la asistencia está limitada. Tu mecánico te indicará como
- Testigo de alumbrado: una de las lámparas exteriores se ha fundido.
- Fallo de motor: necesario ir al taller.
- Aceite o presión de aceite bajo: Es necesario comprobar el nivel de aceite.
- Testigo líquido limpiaparabrisas: es necesario rellenarlo.
- Testigo de presión de inflado de ruedas: Ya es obligatorio en los coches nuevos. Si se enciende, una de las ruedas presenta una presión insuficiente o bien existe un fallo en el sistema.
De todas formas, ante la menor duda, lo más recomendable es es visitar tu taller de confianza ya que podría tratarse de algo sencillo o bien de una avería más compleja que requiera de las herramientas y de las habilidades de un mecánico experimentado.
Fuente: noticiascoches.
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