La llegada de las lluvias intensas (especialmente en algunas estaciones del año) incrementan notablemente la peligrosidad en la conducción. El asfalto mojado impide una adherencia óptima de los neumáticos; la visibilidad se ve reducida; la carretera se llena de balsas de agua; las frenadas,si son bruscas, pueden producir un bloqueo de las ruedas, a pesar del ABS; la pintura de la calzada se hace resbaladiza…Es decir, que se multiplican los puntos de riesgo a los que hay que prestar atención.
La primera recomendación suele ser la de reducir la velocidad (en coches con cambio manual, resulta más seguro conducir con la marcha más alta posible para evitar inoportunos derrapes)y aumentar la distancia de seguridad, lo cual permitirá además evitar el agua pulverizada que sale de los coches que circulan por delante. Es importante ser también sutil con el tacto del freno (las distancias de frenado aumentan) y afrontar las curvas efectuando la frenada en la recta y no en la curva ya que el coche podría subvirar o sobrevirar con mayor facilidad. Si además la vía no se encuentra en perfectas condiciones, es necesario adaptar al detalle todas las precauciones posibles.
El aquaplanning (a parte de las salidas de carretera o choques por alcance) es uno de los principales motivos de accidente en este tipo de situaciones. Se trata de un deslizamiento incontrolado del vehículo debido a la presencia de capas de agua en el pavimento que imposibilitan la correcta adhesión de las ruedas. Por este motivo, se recomienda limitar al máximo la velocidad, evitar acelerar o frenar para que el coche no derrape y contar siempre con neumáticos en perfecto estado ya que deberán ser capaces de realizar un mayor esfuerzo para transmitir los cambios de dirección.
En el caso de encontrarse en medio de una balsa de agua que cubra los bajos del coche, habrá que procurar conducir por la parte más elevada de la carretera (normalmente el centro) y mantener suavemente presionado el acelerador sin levantar el pie para que el agua no pueda tener acceso al tubo de escape y termine dañando el motor. Es imprescindible no frenar, controlar la dirección de las ruedas de cara a la salida de la balsa manteniendo una firme sujeción del volante y, una vez atravesada, realizar frenadas delicadas ya que los frenos podrían haber perdido eficacia.
Pero, una vez más, la previsión es fundamental para conducir seguro bajo lluvias intensas. De hecho, si no puede evitarse el desplazamiento en coche en condiciones climatológicas adversas, será necesario salir a la carretera con la seguridad de un vehículo en perfecto estado, paciencia y mucha precaución.
Fuentes: mapfremotor/autopista.es/20minutos.es Imagen: PIxabay.