Ponerse al volante entraña siempre cierto riesgo pero el peligro aumenta y con creces cuando existe fatiga y se añade la posibilidad de ceder al cansancio y adormecerse en plena conducción. Si bien siempre hay precauciones que se pueden tomar para evitarlo, la mayoría de las cosas que se comentan sobre cómo evitar caer presa del agotamiento y del sueño son falsas.
Se trata de trucos muy extendidos que prometen aliviar la flojera física pero que, en realidad, solo añaden inseguridad. Quizá uno de los más famosos sea aquél de abrir la ventana para que entre el fresco del exterior y se pueda despejar la cabeza. Sin embargo, algunos estudios han demostrado que es ineficaz además de llegar a ser contraproducente ya que puede resultar molesto e incluso distraer.
Subir el volumen de la radio o cantar para mantenerse alerta tampoco es una buena solución ya que no tiene en cuenta lo fuerte que puede llegar a ser el sueño y lo inútil que es intentar luchar contra él. Si el cuerpo necesita descansar lo hará independientemente de la potencia de sonido que exista alrededor. Por este mismo motivo, comer pipas o simplemente comer algo para conservar un cierto grado de actividad no ofrece resultados ya que si la misma conducción no logra activar el estado de alerta mucho menos lo hará el masticar.
Ni qué decir tiene que el café o la ingesta de otras bebidas estimulantes puede retrasar la aparición de los síntomas pero no evitarlos por completo. Como tampoco el conversar con el copiloto ya que la somnolencia puede apoderarse igualmente del organismo a pesar de los vanos intentos de estimulación. Si el sueño aparece la única solución es parar y dormir 15 o 20 minutos para recuperar algo de energía.
No hay que olvidar (ni por un instante) que conducir seguro es vida.
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PS- Tomamos todas las medidas de seguridad e higiene contra el covid19.
