El repostaje forma parte intrínseca de la conducción. De hecho, es una de las operaciones más básicas (y cada vez más costosas) en el mundo del motor de a pie y que consiente nuestra movilidad. Y es que, sin gasolina, diésel o cualquier otro combustible, no llegamos a ninguna parte. Lo que no todo el mundo sabe es que no hacerlo de forma correcta puede acabar en multa para el conductor, para el empleado de la estación de servicio o para ambos. ¿Sabes a qué errores nos referimos?
El reglamento de la DGT establece que, para realizar la recarga de combustible en el depósito de un vehículo, el motor debe estar parado y las luces y los sistemas eléctricos, como la radio y los teléfonos móviles, deben estar apagados. Y que, en caso de no ser así, los propietarios de los aparatos distribuidores no deberían facilitar el servicio al cliente. Es decir que, si el conductor no se asegura de que se cumplen las condiciones adecuadas antes de conectar la manguera al depósito, puede ser sancionado. A menos que sea el empleado el que se ocupe de la recarga y el que, por tanto, asuma la responsabilidad de comprobar que ninguno de los elementos mencionados se encuentra en funcionamiento.
Un repostaje que incumpla estas condiciones básicas puede conducir a elevadas multas. En particular, echar gasolina con el motor encendido implica una sanción de 80€, que es la misma que se aplica por mantener las luces y sistemas eléctricos encendidos. Cometer ambos errores haría ascender el correctivo a 160€, un gasto innecesario que se podría evitar con un gesto tan sencillo como quitar el contacto del coche mientras se llena el depósito. Y no se trata de un capricho legal sino más bien de importantes medidas de seguridad. Porque, no hay que olvidar que la radiación electromagnética de ciertos aparatos puede entrar en contacto con los vapores del combustible y causar peligrosos incendios y explosiones.
Para asegurarse de que el repostaje no sale más caro de lo que debiera, en ningún sentido, solo hay que activar la memoria (y quitar el contacto) o fijarse en los carteles que inundan las estaciones de servicio advirtiendo de la necesidad de apagar el motor y los aparatos eléctricos. Igualmente, conviene prestar atención de no derramar combustible sobre el coche o el suelo y de avisar a los operarios en caso de que ocurriera. Por último, se recomienda evitar los llenados al máximo para que no se produzcan los derrames por expansión y se calienten al poner el coche en marcha. Una vez cerrado el depósito con firmeza, ya se puede reiniciar la marcha.
Suena fácil, y lo es, pero también es fácil dejarse llevar por las prisas a la hora de repostar. Pero recuerda que hacerlo correctamente no solo es una cuestión de economía sino de seguridad en el entorno de las estaciones de servicio.
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PS- Tomamos todas las medidas de seguridad e higiene contra el covid19.
Fuente: toyota, motor, el país.