Disponer de un carnet de conducir e incluso de años de experiencia al volante no siempre son una garantía de conocer el mecanismo adecuado de frenado. De hecho, con el tiempo se van adoptando ciertos malos hábitos que dañan el vehículo o que ponen en peligro la seguridad de todos.
El desconocimiento en lo que se refiere a frenar el coche es bastante extendido, especialmente cuando hay que proceder en un caso de emergencia o sobre una calzada mojada. En todas las situaciones, aunque con mayor necesidad en circunstancias como estas, es crucial que el vehículo se encuentre en perfectas condiciones, prestando especial atención a los frenos y a los neumáticos.
Para detenerse de forma correcta, conviene, para empezar, procurar hacerlo en línea recta y evitar cuando se está en trayectoria curva. Una presión excesiva del freno, podría bloquear las ruedas y la inercia llevaría al vehículo a seguir la tangente de la curva y posible salida de la calzada. Por este motivo, resulta crucial aflojar un poco el freno para recuperar la capacidad de dirección.
Otro aspecto importante es deshacerse del miedo a pisar el freno, algo que afecta a una gran cantidad de conductores por temor a la brusquedad. Precisamente, si se comienza a pisar el pedal con suavidad y poco a poco (sin confiarse en que sobran metros de calzada) no tiene por qué existir ningún problema.
Evidentemente, todo ello queda notablemente facilitado cuando se mantiene la distancia adecuada de seguridad. De esta forma será posible reaccionar con rapidez y, si el vehículo se encuentra en perfecto estado desde el punto de vista mecánico, las posibilidades de cualquier incidente se reducirán de forma considerable.
Fuentes: Circula Seguro / Toyocosta.
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